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Todos estamos hechos de pequeños trocitos de vidas. Vidas que se cruzan en nuestro camino, que nos cambian el rumbo sin darnos cuenta. 

Poco a poco nos vamos formando a nosotros mismos, vamos cambiando a medida que las pequeñas vidas irrumpen en la nuestra. Vidas que nos hacen llorar, reír, soñar...vidas alegres que nos hacen creer que todo es posible, vidas tristes, agitadas, que nos provocan nerviosismo. Vidas que nos hacen caer en la más absoluta depresión, o nos zarandean y nos hacen abrir los ojos.

Porque somos inteligentes, pero aún así tontos, cogemos trocitos de vidas de los demás, vidas que nos ofrecen, pero no sólo lo que nos conviene para conseguir ser algo más felices, sino también lo que nos hace sufrir y gritar de dolor. 

Mírtate al espejo, descubre que hay en ti que no es tuyo, descubre esas pequeñas piezas que te forman.