Ella, de falda corta y largas piernas

Ella, de pequeños montes y grandes curvas, de sonrisa perfecta y no por los dientes bien colocados, sino porque siempre la lleva puesta.
Ella, con falda corta y largas piernas, con desengaños en bares de carretera, de huidas sin despedida, de sueños desnudos a las cuatro de la mañana a orillas del mar.
Ella, que tantas veces vio amanecer, tantas como hombres vio en su cama.
Ella que calló. Ella, a la que tiraron. Ella, de labios rojos y mordidos por tantas bocas, hoy se da cuenta que es feliz porque está sola.
Ella se dio cuenta que no necesita besos a media noche para sonreír por la mañana, que las sonrisas salen solas cuando apredes a mirarte sin prejuicios.