domingo, 1 de septiembre de 2013

Educando.

No le pidas que hable cuando aún no le has enseñado.
No le pidas que calle después de enseñarle a hablar.
No le pidas que camine cuando aún gatea, ni que lo haga más rápido cuando acaba de aprender.
No le pidas que no llore cuando no sabe pedirte las cosas, ni le digas que no coja rabietas gritando.
No le dejes caer con la excusa de así crece, ni le hagas tropezar para que aprenda.
No le digas que lea cuando no apagas la tele, ni que te cuente cuando no prestas atención.
No le castigues por fumar con un cigarro en la mano, ni le regañes por ser aquello que tú eras.
No le obligues ha hacer lo que tú querías, ni le levantes la mano para que no pegue.
No le digas que cuando tenga hijos comerá huevos para así no sentirte culpable de no saber cómo seguir.
No le hables a gritos para hacerlo callar.
No le eches de casa deseando que vuelva, ni le digas que esa chica no es buena para él.
No le digas que fracasa y que no crees en él.
Porque hay veces que el fin no justifica los medios...
Mira a tú hijo y sabrás quién eres.

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