Son las diez de la mañana y aún sigues en mi cama, no sé si sorprenderme o sonreír. No entiendo la razón de que no hayas huido de este desastre de cuarto que es mi vida, aunque he de decir que tu sujetador tirado en la silla le da otro toque.
Tengo que confesar que me he sorprendido mirándote mientras respiras tranquila a mi lado, pero aún tengo tu incesante jadeo en mi mente...y sonrío, y me sorprendo más...me queda tanto por descubrir, de tus curvas, de cuánto cubre en tu mirada, y hasta dónde hago pie...y cuánto aire me dejarás para vivir de tus pulmones, porque entre suspiro y suspiro ya no me queda mucho.
Y te sueño desnuda, y abro los ojos y estás. Pero no pude dejar de soñarte por miedo a que fuese un sueño aún el tocarte...y te sueño cada noche tal y como te veo, por si algún día despierto y te has ido, dejando todo ordenado, tal y como yo no quería. Porque rozar la perfección me da más miedo que todo aquel desastre, y tengo que decir que ese tal Morfeo es un canalla.
jueves, 14 de noviembre de 2013
Morfeo es un canalla.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario