domingo, 2 de febrero de 2014

2.2.14

Cometí tantos errores, escuché tantas veces la definición de amar, leí tanto sobre ti en la parte de tus ojos donde más cubre, que cuando tus labios se transformaron en una fina línea de infelicidad comprendí que no quería ser tu traspiés. No cerramos la puerta a nada, solo abrimos la ventana, que entre el viento frío y nos aclare las raíces de los poemas. Y con las ganas de verte sonreír hasta que duela comprendo que mejor no forzar ese beso tímido, que luego sería fuego...y quizá ceniza de nuevo. Mejor hacerlo lento, yo te ayudo, lo prometo.
No te preocupes, yo guardo el secreto.

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