Supongo que ya lo sabes.

Me enamoré del amor, de mi vida. 

Te dejo leerlo sin coma, que creo que suena mejor

y que es más verdad. 

Me enamoré del amor y su forma de hacérmelo, 

de los ojos con los que me miraba cuando salía del portal, 

y de su mano buscando mi culo 

y sus mil formas de encontrarlo. 

Me enamoré del amor a primer mordisco, 

a primera caricia

y a primer orgasmo. 

Me enamoré del amor a primera sonrisa, 

a primer suspiro

y a primer lametazo. 

Me enamoré del amor incoherente

libre, 

sano.

Del que no te arrepientes al decirle

"quédate a vivir a mi lado".

Me enamoré del amor y todos los timbres de su risa, 

a los que llamaba y salía corriendo

como una niña a la hora del recreo. 

De todas sus caídas de ojos, 

y mi forma de recogerlos. 

Me enamoré de los malabares que hacía con sus manos

y las veces que era yo la que hacía de payaso

solo por conseguir la sonrisa 

de la niña más bonita de todo el palco, 

esa que iba manchada de barro

porque de camino había saltado en mil charcos.

Me enamoré de mi vida, 

de ella.

Me enamoré de la curva que hacía su espalda

cuando estaba tumbada en la cama, 

y las veces que descarrilé

por querer comérmela a marcha forzada.

Y lo que nos gustaba...

Me enamoré de sus manías

y de mis defectos, 

¿acaso hay algo mejor que esto?

De su lado de la cama

donde dormía cuando se marchaba

del olor que me dejaba en las sábanas, 

solo para recordarla cuando ya no estaba. 

De sus ideas descabelladas

y su forma de sujetarme el mío, 

siempre alborotado por sus dedos. 

De todas sus miradas diciéndome que puedo...

y todas mis formas de creérmelo.

Me enamoré de ti. 

Sola, conmigo o con gente, 

me enamoré de nosotras

y el puzzle perfecto de nuestras sonrisas, 

me enamoré de todas las ganas que tenía

de pasar contigo el resto de mi vida...

el resto de ti. 

Me enamoré de las calles donde pisabas, 

del camino a tu casa

de las estaciones donde te encontraba.

Y he descubierto que no hay mayor putada

 que enamorarse del amor 

                          - o de ella -

que para el caso, es lo mismo. 

Porque cuando te giras y no está

no puedes enamorarte de nada más, 

porque el amor...

el amor también se ha ido.