jueves, 19 de marzo de 2015
Me paro, te miro y penstañeo tan deprisa que te creo pasado. Un fotograma antiguo donde no se escucha nada, solo tu risa en mi cabeza y millones de imágenes fragmentadas en un microsegundo. Luego me regalas un sonido en forma de caricia y despierto, vuelvo al mundo y comprendo que no eres pasado sino vértigo y expectación al mismo tiempo, difícil combinación de sensaciones... Vida. Y te paras, me observas, pestañeas, como queriendo ver tu película en mis ojos, como leyéndome en pasado y preguntándome en futuro si el presente merecerá la alegría. Si tú y yo somos más que todo esto... Menos que todo esto... Y yo, ya sabes, me paro, observo, pestañeo y temo no huir en el próximo vuelo con destino ninguna parte, para acabar encontrándote de nuevo en ciudades perdidas, para perderme en lugares que me sé de memoria, para volver a volver sin más razón que tus manos.
Y ahora, aquí, con el puño por corazón del anterior golpe, no sé de vuelos, huidas y regresos, pero de ti... De ti me apetece saberlo todo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario