Los sueños son tan pesados que parecen verdad y yo me esfumo como si no fuese nada de esto. Extraña sensación la de volar con los pies en el suelo.
Es complicado.
Todo es complicado y aún sigo existiendo.
-Continúa durmiendo como si nada-
Algo aparece y me hago la loca. Miro hacia tus ojos haciéndome la desinteresada. Ahora las cosas funcionan así. No sé de qué pie cojea cada una de tus miradas pero me lanzo hacia otro vacío que no esté lleno de interrogantes. Te cuestiono y me desvistes.
Corres como si te persiguiese alguien, como si te esperase yo al otro lado de la calle.
-Pausa para coger aire-
Sigo mis pasos hacia atrás y de nuevo soy la de hace diez años. Lloro desconsolada frente a la idea preconcebida del yo que debía ser. Espejos que deforman el alma. Nadie me mira por encima del hombro. Pruebo un café y me hago la víctima constante de mí misma. Soy quien quiero dentro de diez años.
-Salgo del escenario-
No consigo ver nada más que un punto de luz a lo lejos. Me guío por lo que parece el ruido de un aleteo. Quizá sea yo misma autoengañando a mi cerebro... venga, dejemos de pensar en eso.
Susurro algo en la mente de otros que me pueden estar escuchando. Escribo y atino con un papel arrugado en una mente vacía, perdone... no son más que unas líneas torcidas. Vaya... ni si quiera se había percatado.
El eco retumba entre las paredes de esto que parece mi cuarto. No tengo espacio para deshinchar el pecho y ya estoy cogiendo aire de nuevo. Me asfixio en silencio.
El pálpito de mi propio corazón anula el sonido del teclado. Sí, yo escribo a ordenador porque aquí no son visibles mis tachones. Cada uno se engaña como quiere frente a una pantalla.
Sigo callada como si todo. Como si nada.
-Cambio de escena-
Ayer descubrí que da igual de dónde seas, a todos nos mueve lo mismo, la cabeza, los pies o las ideas.
He encontrado algo mejor que hacer. Dedicar la vida a mirar por la ventana nunca detiene el tiempo, solo lo hace más lento. El frío emborrona las letras que escribo en los cristales del baño, o tal vez seas tú que te has cansado de leerlos. Yo solo finjo que lo primero.
Martilleo despacio un cuadro en la pared y queda torcido. Me gusta pensar con la cabeza ladeada. (Qué pesada... siempre mirando el lado positivo) Sonrío. Joder, para una vez que lo hago y nadie me ha visto. Inmortalizo este momento y comparto la foto con todos los que fingen ser amigos...Déjame que te cuente una mentira... bueno, mejor otro día.
-Se cierra el telón. Fin de la partida-
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