
Quiero levantarme cada mañana y que
estés al otro lado de la cama, mirando hacia mi, durmiendo,
tranquilo.
Quiero darte un beso en los labios como
despertador, y que sonrías adormilado, mientras despiertas.
Despertarnos entre abrazos y meternos en la ducha, aunque yo tarde
algo más tú me esperarás con la toalla en la puerta, con la que me
rodearás con tus brazos.
Más tarde despertaremos a nuestra
hija, aún no sé su nombre, pero tenemos toda la vida para elegirlo,
¿no?. Yo la daré el pecho, sentada en el sofá, mientras tú me
preparas un café, con tres cucharadas de azúcar, como ya sabes que
me gusta.
Te vestirás y desayunarás conmigo y
con la niña. Iré a vestir a nuestra preciosa hija mientras tú te
vistes. Llevaremos en el coche al bebé a la guardería, y luego me
dejarás en el trabajo, un estudio fotográfico.
No me dejarás salir del coche sin
decirme antes lo mucho que me quieres, y darme cinco o seis besos de
despedida. Te despediré con la mano desde la acera, y tú me
lanzarás un beso por la ventanilla.

Estarás allí, en el sofá con
nuestra hija en brazos, dormida. Y yo me volveré a enamorar de ti,
como cada día. Y me sentaré a tu lado y te abrazaré.
Seré feliz, feliz de la rutina, feliz
de mi vida contigo, feliz de compartir mis sueños contigo. Feliz de
ser feliz.
Y por la noche, después de bañar a la
niña y de acostarla te haré el amor lentamente, de una forma
bonita, y me dormiré desnuda, entre tus brazos. Y tu me darás un
beso en la frente y me dirás que descanse, y que sueñe con cosas
bonitas.
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