domingo, 9 de febrero de 2014

Perdonad el retraso.

Perdonad el retraso, tenía el alma congelada, y aunque sigue así, consigo articular las ideas que se avalanzan hacia mi cabeza. Huyo, pero son rápidas. Están bien enseñadas.
Miré tus ojos y vi una fina línea que ahora son tus pupilas, y ahí, en ese espacio tan pequeño ya no quepo reflejada. Y vaya mala suerte, porque yo ya no sé ser si no es a través de tus ojos.
Cuento las veces que has parpadeado hoy, y ese es el único aire que respiro, que tengo el corazón descosido para que puedas entrar, pero te me quedas mirando, como si no me conociera, y puede que así sea.
Y cómo creer que era cierto si te miro y no me encuentro, si ahora está solo mi aliento en ésta noche sin luna, que te la comiste de un bocado porque me prometiste no volverla a necesitar. Cómo creer que era magia si no llegué ni al primer truco...y sin trato te marchas. Y me quedo con la única idea en la cabeza que es pedirte que vuelvas. Y de sueños se vive, pero ahora de sueños se muere. Y qué hay peor que un sueño a medio hacer.
Tus ganas se quedaron ancladas en las coordenadas exactas. Esas que nunca supe encontrar.
Y no lloro porque se me ha congelado el cuerpo, que ya, si eso, en primavera salgo y me convierto en el animal que quieras.

No hay comentarios:

Publicar un comentario